Reseña del libro "Click" de Christian Vera

La Editorial El Cuervo ha publicado en su blog la reseña sobre el libro "Click" de Christian Vera, ganador del Premio Nacional de Poesía Yolanda Bedregal con su poemario "Ciudad Trilce", dice la reseña de Antonio Vera:
De un tiempo a esta parte es posible percibir que desde distintas perspectivas, profesores, críticos y periodistas culturales se esfuerzan por proyectar una imagen de la literatura que no deje duda acerca de su valor social, de su trascendencia. Sobre todo ahora, en tiempos de discurso revolucionario, cuando está por implementarse (otra vez) un cambio radical en el sistema educativo. Cierta urgencia parece impulsarnos a convencer de que nuestro oficio debería tener un lugar destacado en la vida social y, por lo tanto, en los programas educativos. Así, se propone que la literatura es un instrumento humanista privilegiado, que permitiría a los estudiantes de colegio tener una visión del mundo amplia y compleja. Según esta idea, estar en contacto con la literatura haría que los niños y adolescentes se relacionen mejor con el mundo o, como nos gusta decir a los profesores, que sean “mejores personas”. Tengo la sensación de que estuviéramos intentando desesperadamente disfrazar de damita santa y recatada a una chica impúdica, provocadora y promiscua, que te lleva y te trae, te manipula, se apodera de ti, rompe con tu frágil mundo de certezas, usa lo poco que sirve de ti y luego se despide con una sonrisa perversa, dejándote maltrecho y feliz. Parece que quisiéramos presentarla en sociedad y quedar bien, pero nos angustia saber que eso es imposible. Creo que Click, la primera novela de Christian Vera (Editorial El Cuervo, 2012), admite entre sus posibles lecturas ingresar a esta discusión, pues en el ruido remanente que escuchamos tras la trama, aparece la certeza de que la ficción literaria se hace potente sobre todo cuando se aleja de lo edificante, cuando se arma en los márgenes de lo intrascendente, y apuesta por introducir ruido, mucho ruido, a nuestras ingenuas verdades cotidianas. Click no admite un resumen que no sea al mismo tiempo incompleto e impreciso. La historia comienza a las 7.53 de la mañana y termina a las 8.58. Un poco más de una hora en la que no ocurre casi nada y ocurre todo. Un insignificante recorrido y un hecho que transforma violentamente el mundo. Durante esa hora, un profesor de literatura camina: va rumbo al colegio, ingresa por el patio, entra a la sala de profesores, da una clase, se indispone, vuelve a su casa y click. Más un vórtice que una trama, la narración nos introduce al agujero negro de la inestable, perturbada y paranoica mente del profesor. Partiendo de ese recorrido lineal y monótono (la caminata desganada, los minutos implacables de la primera hora de la mañana), como si se ralentizara al máximo, durante ese puñado de minutos nos absorbe un denso y extraño mundo poblado de historias que se superponen. El colegio en el que trabaja el profesor de literatura fue antes una prisión, un hotel de lujo, un manicomio y una mansión presidencial. Es, por tanto, una vetusta casa, atacada por el musgo y en la que, sobre todo, se acumulan las historias. Está ubicado en lo alto de una colina y, como una típica casa de terror, está rodeada de un bosque en el que han ocurrido crímenes horrendos y por el que circulan presencias sobrenaturales. A ello hay que añadir que el profesor estudió en ese colegio y que su madre enseñó ahí. Es decir que, como apunta el narrador, está en el colegio desde que era un gameto. (...) 
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