A 20 años de la muerte de Freddie Mercury, un homenaje al grupo británico y su influencia en Bolivia

Presentamos a continuación (in extenso) el artículo "Innuendo 20 años después: Homenaje a Freddie Mercury", escrito por nuestro amigo Roberto Luis Ossio Ortubé, abogado y fanático de la mítica banda inglesa. El artículo es una reseña sobre los discos de la banda y sobre su influencia en estas montañas:


Todos tienen una historia respecto a Queen, quizás muchos piensen que es un tema meramente frívolo que se encuentra demasiado alejado de nuestra realidad o de los problemas cotidianos que son más atingentes, sin embargo al conmemorar veinte años del deceso de Freddie Mercury, es importante recordar que Bolivia no estuvo al margen del fenómeno generado por la pérdida de este artista y que causó más repercusión de la que se pueda imaginar. Esta es una breve crónica de los tiempos cercanos a la muerte de este ícono musical del siglo XX, que se observaron en nuestro país.
INNUENDO 20 AÑOS DESPUÉS: HOMENAJE A FREDDIE MERCURY. POR: ROBERTO OSSIO ORTUBÉ
Para una parte de la generación que nació a mediados de los Setenta y creció en la década de los Ochenta, Queen quedó en el imaginario común gracias al video de la canción I want to break free, (Quiero ser libre) extractado del Álbum Works (Trabajos), que salió a la venta en 1984, siendo éste uno de los más vistos y populares de su tiempo: una divertida parodia de un grupo de tipos vestidos de mujeres donde uno de ellos, el vocalista, con bigote y peluca, no se amilanaba de llevar minifalda y corsé, pretendiendo utilizar una aspiradora, burlándose deliberadamente de una conformista clase media británica. La cinta en sí no ofendía al gusto de las múltiples audiencias (salvo segmentos muy conservadores), siendo emitido en los programas musicales de la Televisión Boliviana – Canal 7 y la Televisión Universitaria – Canal 13 de La Paz; así mismo la canción Radio Ga Ga, fue muy difundida en nuestro medio, gracias principal y curiosamente a las radioemisoras AM y FM (particularmente se recuerda la Ronda Musical de los Éxitos y el Musiquero de Radio Panamericana). Eran los tiempos de la recuperación de la democracia, la hiperinflación y las colas por productos de primera necesidad, cuando el Presidente Siles Zuazo se tragó absolutamente todo (huelgas , paros, bloqueos , su secuestro), con tal de preservar una libertad que recién estaba empezando a ser valorada.
Muchos aún recordamos haber escuchado entre 1980 y 1981 la famosa Cadena Radial que “invitaba” o “conectaba voluntariamente” a todas las radiodifusoras del país con Radio Illimani para “informarnos” las noticias desde la percepción del régimen de García Meza y Arce Gómez (por ello – obviamente – bastante limitada y horriblemente autoindulgente). Para esos tiempos los jóvenes, (no así los niños, entre los que se encontraba el suscrito) escuchaban Another One Bites the Dust (Otro que muerde el polvo) del álbum The Game (El Juego) publicado en 1980, uno de los últimos estertores de la denominada música disco, que paradójicamente era interpretada por el grupo que a mediados de los 70’s fue uno de sus más fieros detractores. Mediados de 1985, para los bolivianos significó elecciones presidenciales anticipadas y el inicio del periodo de Gobierno de Víctor Paz Estenssoro, de él habíamos escuchado hablar para bien o para mal durante mucho tiempo y a quien mi generación ahora conocía formalmente, el viejo líder en un momento crucial de la historia boliviana: el freno a la hiperinflación y la estabilización económica “a la mala”, reflejado con un lapidario “Bolivia se nos muere” pronunciado en circunstancias casi desesperadas; ese fue también el año en el que se produjo la gran hambruna en Etiopía como en la mayor parte de África y que motivó al cantante Bob Geldof, a llevar adelante un concierto en favor de las millones de víctimas, que llegó a conocerse como el Live Aid. En este concierto Queen fue la principal atracción, el “plato fuerte” en términos comunes y no defraudó. Al año siguiente, 1986, el nuevo disco: A Kind of Magic (Una Especie de Magia) alcanzó los primeros lugares en el mundo, sin embargo no tuvo en Bolivia la repercusión del disco predecesor, quizás porque para ese tiempo había cosas más importantes en las que centrar la atención: mientras se desarrollaba la mítica gira del Magic Tour por Europa ( entre junio y agosto), en nuestro país estábamos consternados por la caída del precio del estaño, que generó el cierre de las minas y desencadenó la denominada Marcha por la Vida. Ciertamente esto nada tenía de mágico. Para principios de 1989 se anunció en medios locales de La Paz, la salida del nuevo disco de Queen titulado The Miracle (El Milagro), haciéndose también un poco de escarnio contra ellos debido a su presentación en 1985 en el Sun City Superbowl de Bophuthatswana (Sudáfrica), metiéndolos en la lista negra de las Naciones Unidas por haber tocado en un país vetado por las cuestiones del apartheid. Ese mismo año fuimos testigos de otro “milagro” en Bolivia, puesto que en las elecciones generales de ese año, el tercero en preferencia electoral Jaime Paz Zamora fue electo presidente, apoyado nada menos que por su antítesis histórica, en forma más simple su enemigo “bíblico”, con quien le separaban “ríos de sangre”, Hugo Banzer Suarez.
Fue a finales de marzo de 1991, cuando se escuchó el nuevo simple de Queen titulado Innuendo (Insinuación) con un muy elaborado video homónimo, en el que se presentaban animaciones mezcladas con figuras de plastilina en movimiento, así como muñecos destrozados y algo sucios, como fetiches de brujería, que daban un fondo un tanto sombrío, algo siniestro, a una melodía tipo bolero con una inequívoca guitarra española. El álbum contaba con diversas ilustraciones del dibujante francés Grandville, que mostraba en la tapa a un personaje semejante a un bufón jugando con planetas. Sin embargo, nada hacía pensar lo que realmente ocurría, era muy poca la información, respecto a las muchas noticias que corrían en los periódicos ingleses, vinculadas al estado de salud del vocalista del grupo. En Bolivia prácticamente nos desayunaríamos la triste verdad recién en noviembre de 1991. En esos tiempos las noticias se centraron en las novedades de la Guerra en el Medio Oriente, la denominada “Tormenta del Desierto” contra Saddam Hussein. La noticia de la muerte de Freddie Mercury (24/11/1991) llegó a Bolivia con grandes detalles a principios de diciembre de 1991, opacada por la campaña electoral de 1991 para alcaldes municipales. La política ciega desde siempre a los bolivianos, nos fascina, sin embargo: ¿hemos mejorado algo después de tanta verborrea de nunca acabar? El motivo de su deceso fue una bronconeumonía provocada por el virus del SIDA, la primera vez que se escuchó de esta enfermedad en Bolivia, fue en algunos círculos de la clase media a mediados de los 80’s debido a la muerte del artista norteamericano Rock Hudson, a quienes las personas mayores recordaban como uno de los galanes más destacados del cine, más que nada por su película Giant (Gigante) así como por su participación en la teleserie Dinasty (Dinastía), sin dejar de lado su íntima amistad con Elizabeth Taylor, estrella con la que protagonizó Giant junto a James Dean. La pregunta de rigor empezó a filtrarse lentamente entre las muchas incertidumbres colectivas: ¿Cómo se contagia? ¿Quién lo porta? ¿Está en todas partes? La muerte de Freddie lentamente fue abriendo un camino de conocimiento y conciencia, en el ámbito musical y humano. En el ámbito musical, debido a que muchos que no percibíamos concretamente la magnitud de la pérdida, vimos abiertas las puertas de par en par que se encontraban injustamente olvidadas y cerradas, para presentar ante una nueva audiencia anonadada, todo el material que el grupo produjo durante más de veinte años, siendo lo mejor lo que representaba un álbum y una canción: A Night at the Opera (Una Noche en la Ópera) y su tema central: Bohemian Rhapsody: Rapsodia Bohemia.
Cuando pregunté a un amigo, cual la razón para aclamar tanto una canción y pretender colocarla al mismo nivel que las canciones de Los Beatles, fui simple y llanamente silenciado frente a lo que escuché: Seis minutos deslumbrantes y conmovedores, con variaciones melódicas de todo tipo que van desde la balada, pasan por la ópera y terminan en heavy metal, con una lírica única, incomparable, indudablemente en el mismo rango que las obras de Lennon y McCartney, teniendo como plus la inigualable voz de Mercury y su magistral interpretación del piano, que nos recuerda los mejores momentos de los intérpretes clásicos (salvando las distancias), todo ello sin desmerecer para nada la labor musical del resto del grupo (John Deacon y Roger Taylor), con especial mención a la inconfundible guitarra de Brian May. Fue la apertura de un dique que dio paso a una avalancha de interés y homenajes, un tanto tardíos de seguro, pero no por ello poco sentidos, de los cientos de miles de viejos y nuevos fans que entendían el significado de Queen en el momento que ya no existía más. Conocimiento y conciencia en el ámbito humano, por el terrible estrago que causa el SIDA en el mundo entero, si bien millones de víctimas sucumbieron antes en todas partes del mundo, esta muerte en particular conmovió profundamente a la sociedad, demostrando que la pandemia no distinguía absolutamente a nadie, dejando en claro que la muerte podía presentarse en cualquier momento por un descuido, por una conducta irresponsable o por un accidente. Es más, documentales publicados tiempo más tarde, mostraron el severo deterioro físico que sufrió Mercury entre 1988 y 1991, haciendo evidente que esta vez no era un problema aislado, era algo temible que podía afectar a todos. El deceso de Rock Hudson fue lamentablemente olvidado, la muerte de Freddie no. El 20 de abril de 1992, en el viejo Estadio de Wembley, aquel donde Freddie brilló en 1986 en la última gira del grupo, fue testigo del homenaje masivo transmitido a todo el mundo, donde después de 6 años de ausencia en vivo (por razones obvias que recién se entendieron en este momento), los tres integrantes sobrevivientes de Queen rendían tributo al desaparecido cantante. La actuación tuvo diversos momentos emotivos: la buena performance de Extreme en homenaje a Queen interpretando sus temas más emblemáticos o las palabras de Elizabeth Taylor que dijo algo muy cierto: Hi died, before his time (El murió, antes de su tiempo), sin dejar de lado a los artistas que rindieron su tributo, entre los que más se destacaron George Michael, Axel Roses, Metallica y por supuesto el broche de oro con Liza Minelli, a quien Freddie admiró desde siempre , probablemente muy influido por Cabaret y la magia escénica creada por el director y bailarín Bob Fosse (Tristemente, hablando de bailarines y coreógrafos, tiempo más tarde otro muerto causado por el SIDA fue Rudolf Nureyev, una de las glorias del ballet de todos los tiempos junto con Margot Fontayne). El concierto reflejó en los miles de asistentes que estuvieron presentes en Wembley, que el espíritu de Freddie estaba presente, la gente cantó como si el estuviese vivo en el escenario, cuando sus imágenes fueron proyectadas en las pantallas del estadio. En 1992, la fiebre de Queen en Bolivia se expresó en la televisión y en los mercados discográficos, casas de venta de discos (ahora extintas) como HERIBA y Columbians, importaron todo el catálogo de Queen en discos compactos (EMI y Hollywood Records respectivamente) y estos se vendían de forma más que satisfactoria; para mediados de ese año incluso se produjo uno de los últimos vinilos a cargo de la disquera HERIBA, el clásico Queen Greatest Hits de 1981, así como audio cintas del Greatest Hits II, Innuendo, A Night at the Opera y el álbum recopilatorio de trabajos solistas titulado The Freddie Mercury Album. Para 1993 Sergio Calero y Patricia Flores, dos conocidos críticos y estudiosos musicales bolivianos, realizaron un documental para televisión titulado: Queen: La Rapsodia Bohemia, quizás uno de los mejores de su género producido en Bolivia, debido a la calidad de su guión y al adecuado trabajo de recopilación de imágenes que para su tiempo fue una tarea monumental, teniendo en cuenta la escases de material visual del grupo en nuestro medio. Es memorable la referencia que realiza Sergio Calero, a la importancia de Queen como conjunto y a la existencia de dos décadas de música antes del deceso de Mercury, sin dejar de lado el epílogo que Patricia Flores realizó de forma por demás vivida para ese momento, frente a la especulación de un nuevo vocalista para Queen (George Michael): “….Brian, Roger y John lo saben, como lo saben sus fans y el mundo entero,….. la Rapsodia Bohemia a terminado”. Fue tal el éxito del documental, que a pedido de la gente, se lo pudo disfrutar en la pantalla grande, en la vieja Cinemateca Boliviana. El simple en solitario de Mercury, remixado en 1993, titulado Living on my own(Viviendo por mi cuenta), llegó a Bolivia a finales de ese año y fue difundido hasta la saciedad, dando lugar a una especie de pausa a un fenómeno que no parecía tener fin. Fue la época de la célebre clasificación de Bolivia al Mundial de Futbol de Estados Unidos 1994 y porque no de la sorpresa y estupefacción que causo a toda mi generación la muerte de Kurt Cobain. Para 1995, se anunció que los trabajos póstumos de Mercury y del resto de la banda serían publicados en un último disco que llegó a titularse Made in Heaven (Hecho en el Cielo), que ya no tuvo la difusión masiva de sus antecesores en el mercado boliviano, salvo a través de la Cadena Musical de Cable MTV, que difundió todos los videos de los simples extraídos de dicho álbum, así como las disqueras que importaron el álbum para el mercado local. Para finales de la década del 90, fuimos testigos en la final de la UEFA Champions League de 1999, previo al partido entre el Manchester United contra Bayern Múnich, de la interpretación que realizó Montserrat Caballé en el Camp Nou de la emblemática canción Barcelona, que fue escrita para los Juegos Olímpicos de 1992, pero que nunca logró ser interpretada por Freddie en la ceremonia de apertura tal como se tenía previsto. La diva entonó la canción con Freddie en la pantalla por última vez, se dice que Caballé no quiso aceptar otra persona interpretando este himno con un significado tan importante para ella como para millones de fans. Tiempo más tarde en Bolivia el homenaje Música por la Vida fue puesto en escena en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez de La Paz, obra que utilizaba material de Queen para dar vida a una serie de coreografías vinculadas a la vida de Mercury y a la toma de conciencia respecto al SIDA. De la misma manera la Sociedad Coral Boliviana realizó una serie de conciertos en los que se rendía tributo a Queen y a su obra.
EPÍLOGO
Después de veinte años de la muerte de Freddie Mercury, la obra musical de Queen aún tiene el poder de conmover profundamente, con su sonido y contenido, a millones de personas y Bolivia no estuvo (ni está) al margen de este fenómeno. La muerte de Mercury fue un deceso que marcó en gran medida a nuestra sociedad, significó una toma de conciencia colectiva más profunda respecto a la mortalidad del SIDA, la pérdida de este músico influyó en gran parte a la opinión pública debido a su repercusión, fenómeno no visto anteriormente; posiblemente, a partir de allí, ya no se pudo ignorar una pandemia mortal que puede cobrar la vida de cualquiera. Pese a sus limitaciones, en Bolivia se produjo material fonográfico y periodístico, programas radiales y documentales televisivos, de gran valor respecto al grupo, que deberían ser recopilados y preservados, porque forman parte de la cultura contemporánea de nuestro país. Peter K. Hogan lo dijo en su obra The Complete Guide to the Music of Queen (La Guía Completa de la Música de Queen): “Ninguna muerte en el Rock, desde el asesinato de John Lennon, había afectado tanto y tan profundamente. Los sentimientos de los seguidores de Queen se unieron con los de Lennon y se convirtió en una cuestión generacional, ha habido otras muertes de celebridades a causa del SIDA, pero con la de Freddie se sintió (por primera vez) como si hubiéramos perdido a uno de nosotros. Como resultado, la muerte de Freddie ha hecho que mucha gente recapacite acerca de cómo ven a otros enfermos de SIDA. Si es así, Freddie sin duda estaría contento y quizá sentiría que su muerte significó algo en el mundo entero”. Todos los Derechos Reservados Roberto Luis Ossio Ortubé© 2011

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