El escritor que se salvó de morir en el Illimani

Corría el año 1984, el país vivia los turbuletos días de la Unidad Democrática y Popular que gobernaba luego de años de dictaura militar, cuando conocimos la noticia de que se estrellaba un avió de la línea aérea Easter Airlines en el Illimani, sin dejar sobreviviente alguno. Todos lo sucedido  sé por las noticias, no  recuerdo si para esa fecha del accidente ya me encontraba viviendo en La Paz, dice la nota de Página Siete:
A último momento, Jimmy Burns y su esposa decidieron postergar su primera llegada a La Paz, Bolivia, en 1984. Cancelaron su viaje en el vuelo 980 de Eastern Airlines y tomaron otro. Al día siguiente Burns Marañón vio por la ventanilla de la nave una imagen que no olvidará nunca: los restos del avión de Eastern que él y su esposa debían abordar, desparramados entre la nieve del Illimani. No hubo sobrevivientes. “Me acuerdo volando al día siguiente a La Paz, mirando para abajo, mirando el Illimani, viendo por primera vez esa montaña que me llena de respeto. El avión estaba allí, con el sol brillando sobre el fuselaje. Esas cosas nos recuerdan que somos frágiles. Como dice el filósofo español Ortega y Gasset: ‘Soy yo y mis circunstancias’. Nuestras vidas también se definen por nuestras circunstancias. No todo lo podemos hacer nosotros. Soy creyente católico y creo que estamos de la mano Dios, realmente”, dice. Burns llegó a Bolivia durante la época de UDP, cuando la inflación de la moneda nacional excedía en 1.000%. Pero el ámbito que más le interesó fue el de las minas. Viajó a Potosí y su entrada al Cerro Rico se convirtió en un artículo que después fue parte de un libro. La vida de los hombres en el interior de la mina dejó una profunda huella en él. “Hasta que uno ha estado en una mina, no se da cuenta lo dura que es la vida para la gente que trabaja en las minas. Recuerdo la falta de luz, de aire para respirar, la claustrofobia que me entró en un momento cuando casi no había espacio para moverse. Había una pequeña jaula con canarios porque, en las minas, la única manera que los mineros tenían para saber si había un escape de gas era si el canario se moría. Salí de ahí con un sentido de humildad y de respeto hacia el mundo minero”, afirma. Maradona El mundo profesional de Burns se debate entre la política, la economía y el deporte. En 1996 escribió una biografía no autorizada sobre Maradona. Más allá de la pasión por lo que sucede en la cancha, el fútbol le interesa porque en ciertos casos el juego permite una aproximación sociológica a la comunidad, como en el caso de Argentina o de España, donde la rivalidad entre el Barça y el Real Madrid va mucho más allá de lo deportivo y tiene implicaciones políticas y sociales. “Es una rivalidad basada en una historia muy política, una rivalidad entre el catalanismo, por un lado, y el centralismo de Madrid, por el otro, y lo que supuso eso en la Guerra Civil. Estos equipos, a través de la historia, han representado posiciones políticas y culturales bastante definidas y para mí es otra manera de llegar a conocer mejor la idiosincrasia del país. El fútbol es mucho más que simplemente ver una jugada buena o un gol bien creado, es también intentar comprender, por ejemplo, quiénes son los hinchas, por qué hay violencia a veces en el fútbol, por qué hay corrupción”, explica. Diego Armando Maradona le interesó como personaje y como mito, como ese genio trágico de la historia del fútbol a quien la adicción por la cocaína llevaría a la perdición. La obra que escribió sobre el “Diez” fue una biografía no autorizada que revela no solamente la grandeza, sino también la oscuridad de Maradona, sus adicciones y su presunta cercanía con algunos personajes de la Camorra, la mafia napolitana. Durante y después de escribir el libro, Burns recibió amenazas; el propio Diego Maradona lo criticó públicamente, instándolo a retirar lo que había expuesto en su libro. “Pero como periodistas hay que tener la piel bastante dura”, señala y comenta que realizó una investigación profunda y seria, por lo cual no tuvo que retractarse de nada. La mano de Dios es el título de la biografía y hace referencia al gol que Maradona metió con la mano contra Inglaterra en el Mundial 86. Cuando se le pregunta por ese gol que hizo historia y que es el título de su libro, Burns Marañón responde desde el espíritu inglés que lo habita: “Eso se convirtió casi en un icono de la viveza del argentino. El que hace trampa y luego cree que la vida sigue igual. Miguel Hernández, ese poeta habla de ‘gauchada’; o sea, la viveza es poder hacer la trampa sin que tenga consecuencias. El hecho es que el árbitro no pitó falta. Hasta hoy, para Maradona y los argentinos fue gol y para los ingleses fue una trampa”, dice. Diana Pero Burns Marañón también escribió otros libros sobre fútbol e incluso fue coautor de un libro sobre la princesa Diana, intitulado Dossier Diana. Se publicó a poco de su fallecimiento y Burns estuvo encargado de investigar la relación que la princesa tuvo con los medios de comunicación. “En cierto modo es la clave a su tragedia porque, por un lado, Diana era muy frágil y muy neurótica, pero también buscaba la celebridad. Le encantaban las buenas fotos, le gustaba la moda y tenía amigos periodistas. Se acusó a los medios de haberla perseguido, pero no es totalmente justo, porque Diana no era una inocente perseguida; utilizaba a los medios cuando quería y precisamente en el verano de su muerte avisó a varios medios que estaba con Dodi al Fayed en su barco y se tomaron fotos con varias revistas”, afirma. Para este periodista Diana es un personaje fascinante. “Casi destruyó la Casa Windsor porque era muy popular y cuando murió mucho ingleses echaron la culpa de la tragedia de su vida a Carlos, por su adulterio”, afirma. “Su alteza, estoy de su lado”, le dijo Burns a Diana cuando se la encontró una noche, sola, en un callejón antes de la misa de Navidad. Fue el momento en que ella se encontraba en lo más difícil de su crisis matrimonial; “tenía unos ojos increíbles, era espectacularmente bonita, pero tenía unos ojos que te daban un sentido de fragilidad y de seducción al mismo tiempo. Eran dos cosas muy contradictorias de Diana, pero como hombre te sentías como muy cerca de ella”, explica. Ama Bolivia La visita de este periodista se debe a una investigación que realiza sobre la situación política y económica del país. “Como parte de mi trabajo periodístico hago bastante asesoramiento a empresas, a fondos institucionales de inversión que les interesa el mundo y países que están en desarrollo, pero donde la situación política y económica a veces parece bastante confusa”, dice. Burns tiene un sentimiento especial por Bolivia; hace algún tiempo, una de sus hijas estuvo trabajando en Bolivia y, como él mismo dice, “me encanta este país”.

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