Charlan dos Nobel de Literatura

Sucedió en Guadalajara, entre las actividades programadas por los organizadores de la FIL Guadalajara 2011 se encontraron dos nobeles: Herta Müller (damas primero) y Mario Vargas Llosa, así lo resumió El País:
Procedentes de territorios muy distintos pero con muchas cosas en común, como señaló el periodista español Juan Cruz, que actuó de moderador, los dos autores subrayaron que la literatura es imprescindible para enriquecer la sensibilidad y la imaginación y para desarrollar el espíritu crítico. "Nos crea un tipo de desasosiego que nos hace más difíciles de ser manipulados. Por eso siempre ha sido considerada como algo sospechoso por los regímenes que quieren controlar la vida de la gente de la cuna a la tumba. La literatura es un instrumento de defensa de la libertad", afirmó Vargas Llosa, quien recibió el Nobel el año pasado. "La escritura es clave para comprender la vida. Es un medio único para oponerse a las dictaduras", dijo Müller, que, nacida en el seno de la minoría alemana de Rumania, sufrió en carne propia la represión del régimen de Nicolae Ceaucescu (1965-1989). Los dos escritores rindieron homenaje al español Jorge Semprún, "ejemplo europeo de todas las penalidades del siglo XX", y recordaron cómo arriesgó su vida luchando contra los totalitarismos, contra el nazismo y la dictadura de Franco. Ambos autores hablaron al público de su experiencia de lectores y de cómo esta modeló su visión de la narrativa. El autor de La ciudad y los perros contó su descubrimiento de la literatura cuando aprendió a leer a los cinco años viviendo con sus abuelos y el hallazgo de un nuevo mundo. "Recuerdo la intensidad con que no solo leía sino que vivía las historias de Emilio Salgari, Karl May, Julio Verne o Alejandro Dumas. Era viajar en el tiempo y en el espacio y vivir experiencias que no podía tener en la realidad. Luego, a partir de los 11 años, mi vida cambió completamente cuando fui a Lima con mis padres. Allí me sentía exiliado. Conocí a mi padre y descubrí el autoritarismo, el miedo, la soledad. Leer empezó a convertirse en un refugio. Cuando me salía de la literatura me parecía vivir una vida indigna. Por eso se convirtió en algo más que un placer: era una forma de defensa contra la frustración y el infortunio. Nos instruye sobre lo que es la vida y también sobre lo que no lo es, y por eso es uno de los grandes instrumentos del progreso humano".

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