Aparece manuscrito de Cien años de soledad

Un manuscrito que se creía perdido de la obra cumbre de García Marquéz apareció en México, se trata del manuscrito que el autor regaló a Emmanuel Carballo crítico literario; dice la nota:
Quizá la mejor explicación sobre la prodigiosa imaginación de Gabriel García Márquez la hizo su padre: “tenía una capacidad para inventar más allá de la realidad que veía. Siempre he dicho que tenía dos cerebros. A mí nadie me quita la idea de que Gabito es bicéfalo”, decía don Gabriel Eligio García. Ese formidable talento fabulador lo volcó en sus obras, pero también le gustaba fantasear con las historias reales detrás de su literatura. García Márquez fabricó una leyenda sobre los pormenores de su legendaria obra Cien años de soledad. Jugaba al despiste, aseguraba que tuvo que mandar el original en dos partes a la editorial Sudamericana porque se quedó sin dinero en la oficina de correos y solía decir que no sabía dónde estaban los manuscritos. Uno de esos supuestos textos perdidos ha salido a la luz en México. En la colonia Roma, en el nuevo escaparate de la Fundación Slim, en una habitación y frente a una cama, en un librero virreinal, como sanctasanctórum, está el manuscrito de Cien años de soledad que Gabriel García Márquez le regaló a su amigo, el crítico mexicano Emmanuel Carballo (Guadalajara, 1929), con correcciones del propio autor colombiano. El mecanografiado está protegido por una caja roja en forma de libro en la que se destaca su lomo con dos franjas negras. En la primera, se lee el nombre del autor y de la obra que desató el boom de la literatura latinoamericana; en la segunda, reza la leyenda en mayúsculas: Copia mecanografiada de la novela obsequiada a su corrector el escritor mexicano Emmanuel Caballo. Más abajo dice con letras doradas: En México, 1965 - 1966. “García Márquez se refirió en varias ocasiones a esos manuscritos que había perdido de vista. Habla de su historia, lo que pasa es que él endulzó el relato, dice que no sabe si hay otras copias de las cuales él no tiene conciencia, lo que dudo, porque no se ajustan a la evidencia material y a la génesis del texto que yo he podido rastrear”, dice Álvaro Santana-Acuña, investigador de cabecera de la Fundación García Márquez y autor del libro Ascent to Glory: How 'One Hundred Years of Solitude' Became a Global Classic. La evidencia material, el registro que aparece en la edición conmemorativa de la obra la Real Academia Española, constata que existen cuatro manuscritos: “Pera Araiza (quien se encargó de pasar a limpio el texto escrito a mano) había mecanografiado el original con tres copias. Fue aquel el remitido a comienzos de agosto a la editorial Sudamericana en dos paquetes postales. Álvaro Mutis llevó poco después a Buenos Aires otra copia; la tercera, siempre según el testimonio de García Márquez, “circuló en México entre los amigos” que lo habían acompañado en las duras, mientras que la cuarta la mandó a Barranquilla “para que la leyeran tres protagonistas entrañables de la novela: Alfonso Fuenmayor, Germán Vargas y Álvaro Cepeda, cuya hija Patricia la guarda todavía como un tesoro”. Las otras, supuestamente, se han perdido”. El propio García Márquez endulzó más aún el relato: “Sin embargo, en alguna parte del mundo puede haber otras copias”, según explicó en un artículo de 2011 para EL PAÍS titulado La odisea literaria de un manuscrito.
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