La misteriosa escultora de libros

Una de las esculturas. Foto Chris Scott 

En Escocia, país donde más fantasmas han sido avistados, existe una misteriosa escultora de libros, quién deja obras ehcas en papel de forma anónima, dice la nota del blog Papeles Perdidos:
Este es uno de esos casos en los que se hace casi inevitable recurrir al cliché: la realidad supera a la ficción. Los escoceses viven desde hace meses intrigados con el misterio de la escultora de libros, que desperdiga sus delicadas creaciones sin dejar rastro. Y ha vuelto a actuar: tras dejar esculturas en los estantes de la Scottish Poetry Library o la National Library of Scotland, hace unos días sorprendió al escritor Ian Rankin con un regalo de cumpleaños inspirado en su célebre inspector Rebus. El misterio continúa en Escocia -y los escoceses prefieren no saber la identidad de la escultora, según una encuesta de Evening News- y esta vuelta al mundo también. ¿Las escalas? En Francia, que celebra el Festival de Cannes más literario y en Estados Unidos, cuyas mamás reivindican sin reparos el placer de leer la erótica y superventas Fifty Shades of Grey. REINO UNIDO El misterio de la escultora secreta comenzó en marzo de 2011: un lector anónimo dejó una delicada escultura de un árbol realizada con hojas de libros en los estantes de la Scottish Poetry Library. La escueta nota decía: "Esto es para vosotros, para apoyar a las bibliotecas, los libros, las palabras, las ideas...". Ni rastro de firma. La segunda apareció en la National Library of Scotland en junio: era un gramófono para el que la escultora había empleado las páginas de La música del adiós de Ian Rankin. La tercera fue descubierta en un cine: la obra reproducía precisamente eso, una sala de cine, en la que una especie de guerreros salían de la pantalla para sorpresa del público allí sentado. Y el misterio crecía: a uno de ellos le había pegado una pequeña foto del escritor Ian Rankin. Las autoridades escocesas le preguntaron si tenía algo que ver con el misterio. Él sólo acertó a encogerse de hombros. Y siguieron apareciendo esculturas: en el Scottish Storytelling Centre, en el Edinburgh International Book festival, en una librería, en la UNESCO Edinburgh City of Literature... Parecía que la historia había terminado hasta que hace unos días Rankin escribió en Twitter "¿Os acordáis de la misteriosa escultora? Me ha enviado 17 pinturas, una por cada libro de Rebus". (vía Book Patrol y The Scotsman)
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