Y el ganador del Premio Clarin de Novela 2011 es...Luis Lozano

El premio de novela "Clarín 2011" recayó en el escritor argentino Luis Lozano con la obra "Lloverá sobre nosostros", la nota de Clarín:

El marco era nuevo, el imponente y blanquísimo Faena Arts Center de Puerto Madero, pero el Premio Clarín de Novela en su XIV edición continuó con su tradición de distinguir el riesgo creativo de los narradores. Esta vez el galardón quedó en manos del escritor bonaerense Luis Lozano, de 50 años, por su novela Lloverá sobre nosotros, quien se hizo acreedor de 150 mil pesos y la publicación de su obra por el sello Clarín-Alfaguara . Agradeció la distinción con una humildad pasmosa y pidió disculpas por la emoción que lo invadió cuando recibió el premio de manos de Ricardo Kirschbaum, editor general del diario Clarín . “Muchos de los que están acá saben perfectamente de qué hablo: todos hemos tenido la sensación de estar escribiendo para alguien y para nadie. Tengo claro que si a esta novela le tocó ganar este año no significa que sea la mejor, sólo que es del gusto del jurado”, dijo Lozano, finalista del mismo premio en 2002, antes de que lo envolviera el aplauso de los más de 600 escritores, editores y diversas personalidades de la cultura, el periodismo y la política, presentes en el Faena. Minutos antes, la escritora española Rosa Montero habló en nombre del jurado compuesto por su compatriota y colega Juan Cruz y el autor argentino Edgardo Cozarinsky. Montero, que reconoció que otras dos obras la fascinaron, dijo que la novela ganadora posee una economía del lenguaje sin igual. “Es una novela escrita, más bien tallada, con una contención, con una economía magnífica y contada de una manera que te atrapa, como el zumbido de las avispas. Cuando la lees tienes la sensación de estar muy atento, como si te estuvieran susurrando todo el tiempo, es un juego de poder y el que gana es el escritor”, dijo. En la novela, un personaje misterioso, Vieytes, quiere realizar una representación que involucra a todo su pueblo natal, Providencia, en el que sus habitantes desempeñarán roles distintos de los habituales. El único que conoce la totalidad de la obra, su guión y su sentido, es Vieytes, quien, llegado el momento de la representación, actuará como un dios, capaz de mover los hilos de una actuación incomprensible para los pobladores/actores. Ricardo Kirschbaum, editor general de Clarín , había sido el encargado de romper el hielo. Dijo que “la literatura –a diferencia del periodismo, que debe estar anclado a los hechos– genera mundos paralelos que nos describen, nos cuestionan y es la gran disparadora del diálogo social. Leer nos obliga a repensarnos: una obra instalada en la comunidad siembra ideas y hasta inicios de soluciones”. “Quizás –agregó– hoy el mayor desafío de la ficción sea ir en contra de la teoría del pensamiento único que se ha instalado en parte del mundo en las últimas décadas.” Mario Markic y Silvia Martínez Casina dirigieron la velada. Después de la entrega del Premio a la trayectoria, que recibió Daniel Divinsky, Juana Molina le puso el cuerpo y mucho humor a una presentación en vivo que comenzó con algunos problemas técnicos. También hubo tiempo para recorrer la trayectoria de este premio prestigioso, desde sus inicios en 1998, cuando Pedro Mairal se quedó con el galardón, hasta la edición del año pasado, cuando Gustavo Nielsen resultó ganador. Cuando el reloj marcó las 21 un silencio y una descarga de adrenalina recorrieron el salón: se dieron a conocer los nombres de los autores ganadores de las menciones especiales. La segunda fue para la novela La quema , de Andrés Martin. La primera, para La fortaleza , de Ciro Javier Morello. Una vez abajo del escenario, Lozano –que tiene otras dos novelas publicadas– respondió sin disimular la emoción ante las preguntas de los cronistas de Ñ Digital y Clarín . “Como todos los escritores, la mía era una vida de soledad. Este es un punto de inflexión en mi vida”, dijo. El ganador también se refirió a su novela, que definió esquivamente como “la historia de un personaje que quiere montar una realidad ficticia en un pueblo”. Al final hubo más sonrisas, especialmente cuando se sorteó la escultura platinada en hierro Aproximación al espacio de la sugerente artista argentina Natalia Abot Glenz. Además, el público pudo acceder al salón superior del complejo, donde se expone la descomunal obra del artista brasileño Ernesto Neto, que inauguró el Faena Arts Center, ahce unos días. Como cierre, quedó sobrevolando la sentencia que Ricardo Kirschbaum arrojó en su discurso: “Cuando Clarín creó su Premio de Novela pensó, sí, en la importancia de narrarnos –como lengua, como sociedad, como cultura– pero también en el imperativo de celebrar el riesgo creativo, aquel que pone al descubierto lo que quizás se intuye pero que aún es informe, tácito, no transmisible”.

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