Libro maldito: Mein Kampf

Un artículo sobre el libro "Mi lucha", ¿será que es un libro maldito?. La nota de Revista Ñ, dice:
Pocos libros como Mein Kampf (Mi lucha), de Adolf Hitler, incidieron tan clara y directamente sobre su tiempo histórico. Pocos libros han tenido similar capacidad de cautivar y espantar a sus lectores (y a quienes no los leyeron) con tanta intensidad. Pocos libros de esa relevancia han sido tan esquivados por la mirada de los investigadores. Mein Kampf. Historia de un libro, de Antoine Vitkine, parte de esa afirmación para reconstruir el itinerario recorrido por la denominada “biblia nazi”, desde su redacción, en una cómoda celda de Landsberg, hasta hoy. El 18 de julio de 1925 salía a la venta en Alemania la autobiografía de Hitler. Editada por el sello del partido nacionalsocialista (Eher–Verlag) se publicaron, en esa primera tirada, diez mil ejemplares que se agotarían ese mismo año. Las ediciones se sucedieron modestamente hasta 1930, cuando el nazismo se transformó en la segunda fuerza política alemana, y Mein Kampf, construido hábilmente como su texto doctrinario, en un best-séller. El crecimiento de Hitler y el de su obra fueron de la mano, tanto simbólica como materialmente: las ventas del libro llenaron las arcas del partido, y los bolsillos del Führer. “Hitler ha creado Mein Kampf en la misma medida en que Mein Kampf ha creado a Hitler”, sintetiza Vitkine. Ya en esa primera versión del texto aparecen la expansión territorial a través de la guerra total y la eliminación física de los judíos como propuestas explícitas, perfectamente coherentes con el derrotero que asumiría la posterior dictadura nazi. Precisamente ahí reside uno de los dos ejes que orientan el trabajo de Vitkine: ¿no habría debido alertar el contenido de Mein Kampf sobre el peligro que entrañaba el nacionalsocialismo? La reconstrucción de la subestimación del libro por parte de sus contemporáneos apunta directamente a problematizar la cuestión de la culpa colectiva, no sólo del pueblo alemán, sino también del resto de las potencias occidentales. El otro eje de la investigación inquiere sobre la lectura actual del libro de Hitler: ¿es hoy Mein Kampf un texto histórico, o un vehículo de propaganda neo-nazi? Con amplia documentación, Vitkine devela la política oficial de ocultamiento del libro en Alemania, así como la enredada trama de complejos que sobre él existe a nivel social. En la furiosa escritura hitleriana aún se teme, en muchos casos, una capacidad casi esotérica de transformación de las voluntades. No son pocos los argumentos sólidos expuestos por Vitkine para rechazar esa postura. Un temible best-séller Siguiendo esa línea, el autor centra luego su atención en el éxito editorial que Mein Kampf parece tener en Oriente Medio, donde ocupó durante un tiempo los primeros lugares en las listas de libros más vendidos. Aquí el trabajo de Vitkine encuentra su costado más político, y acaso el más polémico: su evaluación lo lleva a alertar sobre el peligro de una nueva subestimación del texto de Hitler, y su relación con un rebrote de los nacionalismos (en este caso vinculados al islamismo) y el antisemitismo. Este giro del trabajo muestra algunas debilidades metodológicas y, por lo menos, una cierta laxitud argumentativa: pareciera que indicadores de la misma naturaleza, extraídos de medios distintos, llevaran al autor a conclusiones divergentes, no siempre de un modo justificado. En el contexto internacional actual, no parece un dato inocente. La investigación de Vitkine, en todo caso, arroja luz, de un modo sólido y atrapante, sobre el derrotero de un libro, y el de una época.

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